Pausas profesionales como símbolo de resiliencia y adaptabilidad
El equilibrio entre la vida laboral y profesional ha tomado más fuerza en los últimos cinco años tras el confinamiento por la pandemia. Con un evento que transformó la forma de entendernos como empleados y cómo sujetos familiares, y con la inclusión de las nuevas generaciones en la fuerza laboral, las necesidades cambiaron y las pausas tomaron más protagonismo en los ambientes laborales. Ahora el panorama laboral está marcado por la priorización de la salud mental, la formación de habilidades blandas, la profesionalización de equipos, la inclusión y la capacidad de transformación que puedan ofrecer las compañías. Estos aspectos han empezado a ser relevantes para empleados que entienden el panorama laboral desde otros aspectos y para las nuevas generaciones que priorizan el beneficio físico y mental. A continuación, analizamos por qué las pausas profesionales están tomando tanta fuerza en el mundo laboral y los beneficios empresariales que representan.
Readaptación profesional y cuidado de tiempo personal
Las pausas profesionales fueron vistas por años como un fracaso y una sentencia en el currículum que evidenciaba unas carencias por parte de la persona y una incapacidad de acomodarse laboralmente. Sin embargo, cuando el equilibrio entre ambientes laborales, personales y familiares se volvió una necesidad, estas pausas empezaron a tomar protagonismo y a ser vistas con buenos ojos. Según el reciente informe de LiverCareer España, las interrupciones entre trabajo y trabajo son cada vez más comunes y cada vez más aceptadas en las trayectorias profesionales actuales.
El informe recoge información de más de 15 millones de currículums creados por usuarios españoles, pero demuestra una tendencia que está tomando fuerza en otras regiones del mundo y que responde a unos nuevos objetivos de los empleados en sus carreras profesionales. La tendencia muestra que más personas están tomando descansos que van desde pocas semanas hasta más de un año y están registrando esa información en su trayectoria laboral. Además, sugiere que:
- Existe una mayor apertura a los períodos prolongados de readaptación profesional, cuidado de personas o de tiempo personal. Para 2025, el 30% de los currículum analizados incluían una inactividad laboral de doce meses o más.
- El mercado laboral es más dinámico y apunta a interrupciones de menos de un mes con transiciones frecuentes, voluntarias e involuntarias.
- Un 37% muestra una interrupción de al menos seis meses lo que refleja un alejamiento del empleo ininterrumpido como norma.
- Un 58% cuenta con historiales de empleo no lineales, impulsado por perturbaciones externas y los cambios de prioridades de los trabajadores.
- Las interrupciones prolongadas siguen en alza después de la pandemia, lo que demuestra una incidencia de los cambios económicos, despidos y cambios en el estilo de vida en la era COVID.
Estos datos son relevantes y reveladores para las empresas porque reflejan un cambio cultural en la forma en la que se entienden las carreras profesionales. Los modelos lineales en los que el éxito se medía por la continuidad y ascensos sin interrupciones están siendo reemplazados por personas que se están tomando el tiempo para cuidar a familiares, desarrollar habilidades o cuidar su salud mental.
Ajustar la forma de ver las transiciones
Las empresas y sobre todo los equipos de talento humano deben ajustar la forma en la que ven estas pausas laborales y crear estrategias para gestionarlas a favor de la compañía. Con este cambio de paradigma es posible caminar hacia una visión más humana y flexible del trabajo en el que el bienestar, la formación continua y la conciliación son factores clave. Para trabajar por esos objetivos, se pueden seguir recomendaciones como:
- Reconsiderar los procesos de selección para no filtrar solo empleados con una trayectoria continua. Considerar un panorama más amplio facilitará la búsqueda de los candidatos ideales.
- Conversar abiertamente sobre estas pausas laborales para entender la trayectoria de los aspirantes y generar un ambiente de confianza.
- Centrarse e identificar las habilidades de los candidatos. A menudo las personas que se toman el tiempo para hacer una pausa laboral pueden aportar perspectivas nuevas, inteligencia emocional y ser más capaces de adaptarse.
- Valorar experiencias no formales de trabajo como actividades de voluntariado, de cuidado o cursos.
- Proyectar una cultura y una reputación de flexibilidad e inclusión al validar trayectorias no lineales.
Entender y gestionar las ausencias
Las empresas que cambien el chip respecto a las pausas profesionales podrán entender también el espectro de ausencias y cómo gestionarlas en beneficio de los equipos. Las ausencias pueden ser justificadas, inevitables y necesarias y entenderlas será la clave para que los expertos de talento humano puedan identificar patrones, tomar acciones y evitar que los empleados se vean forzados a renunciar para hacer una pausa profesional y atender lo que no pudieron mientras estaban trabajando. Cuando se identifican estas ausencias y se gestionan de forma adecuada, las empresas verán cambios importantes como:
- Más productividad sin sobrecargas.
- Mejor clima laboral.
- Reducción de errores en nómina y conflictos.
- Decisiones basadas en datos al identificar la cantidad de ausencias y las razones de las mismas.
Conocer a los candidatos y entender sus pausas
El mundo laboral se transforma cada día y ahora está tomando un nuevo rumbo que puede ser retador, pero muy enriquecedor con los profesionales que han tenido pausas laborales. Las empresas pueden empezar a considerar este aspecto que está tomando fuerza en otros países y entender que ya sea una pausa obligada o voluntaria, puede traducirse en beneficios empresariales.
Conocer de cerca la información de cada candidato, prepara a los equipos de talento humano para hacer entrevistas más abiertas y enfocadas en esas pausas para indagar qué habilidades ganaron en ese tiempo o cómo benefició esa pausa su salud mental. Con herramientas como la de Tusdatos acceder a esa información que está recogida en fuentes públicas es sencillo, seguro y ordenado. Los equipos pueden verificar si son candidatos aptos, que no tienen antecedentes relevantes que pongan en riesgo a la empresa y saber cuántas pausas tienen en su historial para indagar en cada una de ellas de ser necesario. Además, pueden confrontar esa información con formación profesional, reconocimientos nacionales o distritales y formarse una idea completa y flexible de los candidatos.
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